
La higiene es una de las principales formas de preservar nuestra salud. Dentro de la higiene diaria no debemos olvidar el cuidado de nuestra boca durante todas las etapas de la vida, ya que la falta de ésta podría acarrear múltiples enfermedades.
Alrededor de los seis meses, cuando aparecen los primeros dientes, es conveniente empezar a cuidarlos. Después de la toma del biberón o toma de alimentos, es conveniente el uso de una gasa húmeda para limpiar la boca del bebé, presentando especial atención también a las encías. Es recomendable visitar al odontopediatra para comprobar el desarrollo correcto de la dentición.
Es responsabilidad de los padres, junto con la orientación profesional del odontopediatra, crear unos buenos hábitos de higiene oral en los niños. Es importante seleccionar un cepillo dental adecuado con filamentos suaves para realizar una limpieza eficaz de los dientes y las encías. Así mismo, la selección de la pasta o gel dentífrico debe ir acompañado del consejo profesional. En la mayoría de los casos se recomienda el flúor (fortalecedor del esmalte dental), que debe ser administrado de manera responsable según la edad del niño. El uso de enjuagues bucales puede ser utilizado cuando el niño adquiere habilidades para escupir y no tragarse el líquido.
En la adolescencia, conforme va cambiando las dimensiones de la cavidad oral, es conveniente cambiar el cepillo de dientes y la pasta dentífrica infantil por productos para adultos. En la etapa adulta deben mantenerse de por vida los hábitos de higiene bucal adquiridos, junto con las revisiones periódicas del dentista.
Una boca bonita, con unos dientes limpios y cuidados no es solo nuestra carta de presentación, sino un termómetro que mide nuestra salud.
Consejos para una buena higiene bucal:
- Cepíllate lentamente. Con movimientos cortos, suaves y elípticos, prestando atención a las encías, los dientes posteriores (de difícil acceso) y las zonas que rodean las coronas de los dientes y empastes. Puede combinar esta técnica con la inclinación de las cerdas del cepillo en un ángulo de 45º ( esto asegura que se limpie la zona que esta por debajo de la encía) contactando tanto con la superficie dentaria como con el borde de las encías, asimismo continúe con movimientos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. A nivel de la superficie de mordida use un movimiento de frotado suave hacia atrás y adelante. No olvide cepillar la lengua de atrás hacia adelante para mover las bacterias productoras de mal olor.
- Cepíllate mínimo dos veces al día. Acostúmbrate a cepillarte los dientes después de cada comida. Mínimo por la mañana y por la noche.
- Si puedes, usa cepillo eléctrico. Realice su cepillado con los movimientos que le ofrece el cepillo, el solo le guiara.
- Renueva el cepillo cada 3 meses. Cambia de cepillo cada trimestre para evitar enfermedades periodontales.
- Usa el hilo dental. La limpieza con hilo dental previene la formación de caries interdentales y elimina la acumulación de placa bacteriana.
- Aclárate con colutorio. Los colutorios reducen el volumen de la placa y evita patologías e infecciones.
- Acude al dentista dos veces al año. La opinión de un profesional es muy importante a la hora de evaluar el estado de salud de tu boca.
- Mastica chicle. Los chicles sin azúcar ayudan a evitar la caries dental al sacar de entre los dientes las bacterias. Además facilitan la producción de saliva, que contiene calcio y fosfato. Este "lavado" dental remineraliza y endurece los dientes tras el ataque ácido de la comida. Búscalos con xilitol, pues reduce la bacteria bucal dañina.
- Realízate como mínimo una limpieza al año. Una limpieza más profunda permitirá al eliminación de manchas( por té, café o tabaco) y de sarro ( calculo) en tus dientes y con ello podrás prevenir enfermedades periodontales que ocasionan movilidad y perdida de la pieza dental.